Sobre su labor se desprende la coexistencia de dos desmesurados tendencias relacionadas al manejo de estas tecnologias afectivas: una que tiende a soltar la indagacion sobre la pareja y ampliar el espectro sobre parejas potenciales, facilitando el emparejamiento con las demas; asi como una diferente que tiende a la pervivencia sobre mecanismos de control, que incrementa las sospechas y no ha transpirado la vigilancia. «Los jovenes tienen mayores posibilidades tecnologicas de estudiar el ambiente de las gente que les interesan, de las experiencias asi como amistades, desprovisto la urgencia sobre consultarlas directamente, desplazandolo hacia el pelo estas alternativas son generadoras sobre conflictos en relaciones iniciales o establecidas. Las jovenes toleran o minimizan bastantes de los actos de control por medio de las tecnologias de comunicacion, tambien que las practican con escaso interes autocritico. Las normas que regulan los usos de esas tecnologias en las parejas todavia son bastante laxas y no ha transpirado las jovenes nunca han visto discernimiento de diferenciar cuando el significado sobre casa y las celos constituyen la amenaza a la libertad asi como la autonomia, mas que un signo sobre amor», concluyen.
Dicha vs. ‘postureo’: la realidad tras las pantallas
Si compartimos lo que comemos, las lugares a los que vamos de vacaciones o lo que nos divertimos con nuestros colegas, no es sobre extranar que las perfiles en redes sociales se conviertan en el cotidiano de abordo de modelos historias sobre apego. Desde que subes la primera foto sobre ese alguien especial –momento que ha sido incluso bautizado como ‘la pedida sobre mano’ de la era digital– Incluso que se convierte en un astro habitual en tus historias desplazandolo hacia el pelo publicaciones, tus seguidores se convierten en espectadores activos sobre la contacto en la cual Asimismo participan: os dicen lo guapos que estais, lo excelente pareja que haceis o lo demasiado que desean que disfruteis de vuestra parada. Pero un perfil repleto de instantes de dicha no implica que no huviese problemas en el paraiso.
Un analisis capitaneado por la investigadora Lidia F. Emery, de la Universidad de Northwestern –en colaboracion con otros investigadores de las universidades estadounidenses de Wisconsin y no ha transpirado Haverford y la de Toronto (Canada)–, concluyo que los usuarios con mayores indices sobre angustia eran las que mas deseaban tener vision en las redes sociales debido a que esta exhibicion les servia para contrapesar su misma inseguridad: cuando los usuarios se sentian mas inseguras respecto a los sentimientos que su pareja tenia hacia ellos, mas tendian an efectuar visibles las relaciones en el aspecto match en fdating virtual, en este caso, en Facebook, plataforma que sirvio igual que base al estudio.
«Las parejas que mejor funcionan son las que prescinden al maximum de cualquier representante forastero que necesite robustecer aquello que han construido afectivamente», afirma el psicologo Andres Arriaga, en la linea del estudio. «Es un mal aspecto de partida apostar por alguna cosa tan difuso, subjetivo e incontrolable como el numero de likes sobre una publicacion. Algunos que lo realizan nos estan informando de las propias inseguridades desplazandolo hacia el pelo reflejan una autoestima construida sobre manera deficiente», explica. No obstante la exploracion de aceptacion es algo inherente al ser persona –todos nos sentimos mal si nos critican desplazandolo hacia el pelo bien si nos elogian–, las redes han amplificado la distorsion entre como nos percibimos nosotros desplazandolo hacia el pelo como lo hacen los otras: hemos depositado en ellas el superpoder sobre hacernos advertir bien o todo lo opuesto.
Las personas mas ansiosas e inseguras son las que mas tienden a propagar en redes, segun un analisis de la Universidad sobre Northwestern
El experto incide en lo que, Con El Fin De el, es el inconveniente sobre base de este tipo de comportamientos en la redes sociales: la necesidad creada de distribuir constantemente lo que hacemos o publicar a las cuatro vientos nuestra vida privada. «Es de vital importancia que sepamos que lo que estamos mostrando seria ficcion, es un constructo deliberado que nosotros nos hemos esforzado en producir. Nunca Existen mas que ver el comportamiento de la gente en las playas o de estas parejas en las parques: sus gestos no son algo puro o espontaneo, ensayan besos desplazandolo hacia el pelo poses inclusive que la foto quede bonita con intencion sobre colgarla desplazandolo hacia el pelo percibir con eso un cantidad determinado sobre ‘me gusta’», remarca.
Es decir, nunca podria ser seamos yonquis del apego –como se definia el personaje interpretado por Antonio de la Torre en Azuloscurocasinegro–, es que hemos generado un sentimiento sobre dependencia hacia lo que los otros piensen de la vida en todos sus aspectos, relaciones sentimentales incluidas. «En el plano psicologico, Instagram es algo devastador. En primer sitio, porque nos ha inoculado la urgencia de mostrarnos constantemente asi como, en el segundo, porque genera cantidades ingentes sobre frustracion: una foto que logra muchos likes nos genera una enorme satisfaccion por sentirnos aceptados, No obstante igualmente la enorme frustracion si las expectativas que teniamos nunca se cumplen», zanja. Desplazandolo hacia el pelo esta posicion ademas condiciona el proceder en el plano amoroso: «No seria simplemente el anhelo querer cortejar a tu pareja con tus comportamientos en las redes, es que te gustaria que el resto de la colectividad acepte, valore y no ha transpirado, de camino, envidie tu conexion. Asi como eso esta diciendo entre lineas que tendrias la autoestima construida con unas bases excesivamente debiles».